Hoy expliqué la aparición de la sonrisa social en casa y mi mente ya voló hacia otros derroteros, algo que pasa más a menudo de lo que me gustaría.
Pues bien, ese reflejo que desarrollamos entre las 4 y 6 semanas es el arma más efectiva que mantenemos durante toda nuestra vida para ocultar nuestros sentimientos. Ya se, su función principal no es esa pero que bien supimos adaptarla. Innumerables son las veces que sonreí cuando en realidad quería gritar, llorar, escapar,… pero no, hoy no me voy a poner trágico como hago siempre, lo prometo.
Y es que detrás de una sonrisa se esconden tantas cosas…
Una sonrisa al encontrar a alguien especial que hacía tiempo que no veías, o esa tan familiar que aparece al ver a tu sobrino/hijo/primo jugando. Me gusta también sonreír cuando, viendo una película, sucede esa escena que tanto estaba esperando; o cuando, andando por la calle un día soleado suena en mis cascos una canción que me encanta; ahí además de sonreír casi voy bailando.
Aunque la mejor, está claro, es la que se escapa cuando te habla «esa persona», tan incontrolable y tan estúpida, tan inocente que la hace bella. Esconde tanto…